Instalado en la histórica ciudad de Trier, en la región productora de vino de Mosel, el ADAC Rallye de Alemania es una prueba sobre asfalto como ninguna otra, con tres días de tramos celebrados en tres tipos de superficies diferentes.
La cita se añadió al calendario del Campeonato del Mundo de Rallyes en 2002, coincidiendo con la primera victoria de Sebastien Loeb en el WRC. El francés volvió a ganar las siete veces siguientes hasta que la racha terminó en 2011 por culpa de un pinchazo, que hizo que el primer puesto fuera para su compañero de equipo en Citroën, Sebastien Ogier.
Loeb, campeón del mundo en ocho ocasiones, apunta a la necesidad de mantener un alto nivel de concentración como secreto de sus victorias, particularmente en el área militar de Baumholder, dónde las rocas gigantes conocidas como “hinkelsteins” están presentes en el recorrido.
“Es todo un reto,” admite Loeb. “En algunas partes se puede ir muy rápido, en otras es muy difícil pilotar, hay zonas estrechas, carreteras anchas de asfalto, y distintos tipos de superficie. Los tramos de viñedos de Mosel requieren una concentración del cien por cien, y la satisfacción cuando has terminado (si lo has hecho bién) es inmensa, porque las carreteras son muy estrechas.”
“Entonces tenemos el Baumholder, una carretera de asfalto distinta a todas las que conocemos. Hay partes rugosas, lisas, anchas o rápidas con tierra, barro, o polvo encima. Es dificilísimo para un piloto encontrar la mezcla perfecta. Si quieres ganar en Alemania debes hacer bien estos tramos.
”Una de las novedades del ADAC Rallye de Alemania en las últimas temporadas ha sido la inclusión de la superespecial Circus Maximus, celebrado en el centro de Trier, la ciudad más antigua de Alemania. Fue allí donde el ex piloto de Formula 1 Kimi Raikkonen ganó por primera vez un tramo en el WRC, siendo el más rápido de la edición de 2010.
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